Demografía y Movimientos Migratorios en el Siglo XXI

Por Juan Pablo Glasinovic

Desde que el mundo existe, los individuos y grupos humanos se han desplazado en busca de mejores perspectivas. Esa constante ha tenido auges en algunos períodos de la Historia, por una conjunción de factores. Por otra parte, a partir del siglo XX y gracias a los progresos en el ámbito sanitario y alimentario, hemos asistido a una explosión demográfica sin precedentes, sumada a una mayor longevidad de las personas. Este acelerado aumento poblacional presenta grandes desafíos, desde la sustentabilidad del planeta, pasando por la estimulación de mayores flujos migratorios, hasta la redefinición de las identidades nacionales y del mapa geopolítico global. Examinaremos algunas de estas cuestiones en el presente artículo y sus implicancias para Chile.

Durante el presente año se realizó un censo de población en Chile, como ocurre en promedio cada 10 años. Este ejercicio, que está en proceso de tabulación y análisis, confirmará sin duda una tendencia que ya se viene apreciando en nuestro país desde diversas fuentes (Registro Civil, centros hospitalarios, encuesta CASEN), cual es una acelerada disminución de la natalidad desde el anterior censo. Sin haber alcanzado el desarrollo y como alumno aplicado, Chile comparte ya las características del mundo desarrollado, donde la tasa de nacimientos es inferior a 2,1 hijos por mujer (tasa de reemplazo). Aquello implica la inversión de la pirámide demográfica, con el envejecimiento de la población y la disminución de la misma a partir de cierto punto, de no mediar la llegada de migrantes. En otras palabras, Chile se va hacer viejo ad portas de alcanzar el desarrollo.

Aunque en términos generales la disminución de la natalidad es un fenómeno común a todo nuestro continente como consecuencia de políticas públicas, cambios valóricos y de concepción de familia, pero también asociada a un mayor nivel de bienestar, Chile está encabezando la tendencia junto a Cuba y Uruguay.